25 de febrero de 2021
Nos habían hablado de Camboya pero jamás imaginamos algo así. El equipo volvió a reunirse al completo en Siem Reap junto con tres amigas que nos hicimos en Tailandia (Sukotai) La primera noche la decidimos invertir decubriendo los Pubs de la Pubstreet. Música gente y mucho ambiente nos envolvio hasta la madrugada. Dejando la celebración de el reencuentro de lado, toca hablar un poco de la ciudad. Lo cierto es que después de Vietnam era difícil sorprendernos y hay que decir que la primera impresión que Siem Reap nos ofreció no fue la mejor…quizás porque veníamos de ver de la más hermosa naturaleza arrozales, cuevas y pueblos maravillosos.
Sin dudarlo nos dirigimos a los famosos templos de Angkor. Durante todo el trayecto habíamos estado escuchando sobre la cultura camboyana y a los jemeres. este imperio dominó parte de Tailandia Laos y Vietnam y es el origen de la mayoría de los templos que hemos ido viendo hasta ahora. La visita por excelencia fue e los templos de Angkor. Donde la huella de este gran imperio que ocupo casi toda Indochina aún sigue presente de una grandeza sin parangón en el sudeste asiático. La visión de su wat, expresión máxima del genio jemer, produce una primera impresión sublime acercándonos. pareciera que nos acercaremos al mundo de los dioses con mezcla de cultura hindú y budista. El primer día vimos el amanecer en «Ankgkot wat» nos despertamos a las 4 am para ello. Aunque estaba nublado nos pareció maravilloso ver la claridad del sol alumbrando las grandes torres que llevan allí plantadas desde hace miles de años. Recorrimos varios templos pero uno de los que más nos impacto fue el templo de las 1000 caras donde un rey (un tanto egocéntrico hay que decirlo) decidió que esculpieron su cara por doquier para así ser recordado. Después tuvimos el placer de como la mano del hombre y la naturaleza juntas tras cientos de años esculpieron uno de los templos más hermosos. Pudimos ver como las raíces se funden con las bóvedas y pilares de los templos y creedme es espectacular. (Wat Phron)
Algunos de nosotros decidimos quedarnos dos días más y ver absolutamente todo Angkor para no perdernos ni un solo detalle y no se puede decir que fuese un error en nuestra decisión pues vimos uno de los atardeceres más hermosos junto unos niños camboyanos que jugaban en el agua, precioso.